Gn 21:1-7- "Regocijo y testimonio, el modo de vida del creyente"- Serie Génesis No. 41

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INTRODUCCIÓN

De forma muy frecuente, tal vez todos los días y tal vez muchas veces en el día enfrentamos una batalla de fe. ¿Cómo terminan estas? ¿Habrá victoria o habrá fracaso? ¿Y las terminamos con regocijo o más turbados y desconcertados? ¿Y damos Gloria a Dios por ello o no podemos exaltar el nombre de Dios en estas pruebas? ¿Las personas cercanas a nosotros saben que Dios realmente está obrando en nuestras vidas y saben de nuestra boca de su inmensa gracia a través de nuestra fe en Él? ¿Qué es lo que estamos mostrando al mundo y cómo lo estamos mostrando a través de las pruebas?
Abraham y Sara han estado en una batalla de la fe por bastante tiempo, realmente muchos años. Abraham cerca a 25 años esperando el cumplimiento de la promesa de Dios, de darle un hijo. No es poco este tiempo. Pero ¿será que después de 25 años su fe se habrá desvanecido?
Hoy Abraham y Sara van a enseñarnos muchas cosas. Y la Biblia va a revelar que Grandes es Nuestro Dios, cuán grande es su fidelidad. Tal vez, abriendo nuestros corazones a la Palabra hoy podamos ser mejores hijos de Dios, mejores en obediencia y mejores en entrega al Señor. Tal vez esta porción de la Escritura pueda hacernos hacedores de la Palabra, pero también hijos que viven con gozo y compartiendo las bendiciones que recibimos de Dios con otras personas.
El título del mensaje de hoy es: “Regocijo y testimonio, el modo de vida del creyente” y está basado en Génesis 21:1-3.

EXÉGESIS Gn 21:1-7

Dios es fiel y cumple sus promesas. Gn 21:1-3

Génesis 21.1 RVR60
1 Visitó Jehová a Sara, como había dicho, e hizo Jehová con Sara como había hablado.
Dios había prometido un hijo a Abraham y Sara. No solamente les había prometido un hijo sino que les había puesto nombres nuevos a ellos. Ya no se llaman más Abram y Sarai sino Abraham y Sara. Nombres nuevos, propósitos nuevos, pero también esperanzas nuevas. La gracia del Señor llega a esta familia una vez más.
El hijo tan esperado y ansiado está pronto a llegar, pero Sara ya tiene 90 años, Abraham tiene 100 y aparte de todo eso, Sara es estéril. ¿Hay algo imposible para Dios? Sin duda alguna ¡NO LO HAY! Pero así como no hay nada imposible para Dios, también debemos recordar que Dios obra siempre con propósitos. Hay un hijo que debe nacer, porque es el cumplimiento de la primera promesa de salvación en Génesis 3:15. Recordemos este versículo.
Génesis 3.15 RVR60
15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.
Un descendiente de la mujer tenía que vencer a Satanás y a su imperio del mal con una herida en la cabeza, es decir, una herida de muerte. Y poco a poco se fue trazando una línea de generación en generación. Pero llegan los problemas. Primero, Caín mató a Abel y como siempre las fuerzas del mal y Satanás haciendo todo para que esta promesa no tenga cumplimiento. Pero esta promesa es de Dios y por lo tanto no puede no cumplirse. Dios dio otro hijo a Eva y la promesa fue pasando de familia en familia y llegó un momento en que todos se alejaron de Dios pero Dios fue fiel a su promesa y escogió a este hombre Abraham para que siga la línea de esa promesa que lleva a Jesucristo y que es el cumplimiento de salvación.
Nuevamente las fuerzas del mal y también los despropósitos humano llevan a Abraham a estar a punto de perder a su esposa con el faraón. Dios interviene porque esta mujer alcanzó gracia delante de Dios y fue escogida para ser esa simiente que llevará hasta Jesucristo y por lo tanto TODAS LAS FAMILIAS DE LA TIERRA iban a ser benditas. Pasó un tiempo y Abraham volvió a meterse en problemas similares y nuevamente estuvo a punto de perder a su esposa. Esto nos ha mostrado el anterior capítulo de Génesis. Pero nuevamente Dios fue al rescate porque HIZO una promesa y Él siempre es fiel a sus promesas.
Abraham pudo recuperar a su esposa. ¿Nos damos cuenta lo que sucede? Siempre algo pasa o intenta pasar para que la promesa del Salvador no se cumpla, pero Dios siempre ha guardado esta promesa por amor a la humanidad, por amor a Abraham y Sara, pero también por amor a ti y a mí. Si no se hubiese cumplido esta promesa de Dios, entonces no se hubiese hecho humano Cristo y no hubiese ocupado nuestro lugar en la cruz. ¡Gloria a Dios por cumplir siempre sus promesas!.
Veamos nuevamente el versículo inicial de Gn 21.
Génesis 21.1 RVR60
1 Visitó Jehová a Sara, como había dicho, e hizo Jehová con Sara como había hablado.
Este versículo tiene algo que nos gusta leer o escuchar: “..Visitó Jehová a Sara..”. Cuando Dios realiza visitas tiene planes especiales y Sara será afortunada de forma especial. Sara fue una mujer que sufrió bastante, recibió la burla por no poder concebir y eso tenía un significado especial en aquel tiempo, pero Dios estaba visitando a sus 90 años a esta mujer. Sin embargo, lo que más nos llama la atención es “..como había dicho..”, es decir, Dios lo iba a cumplir. No se trataba del esfuerzo o méritos de Sara, ni de las desafortunadas actuaciones de Abraham al estar a punto de perder a su esposa, sino que DIOS LO HABÍA DICHO y lo iba a cumplir.
..e hizo Jehová con Sara como había hablado”. - A esto le llamamos “gracia”. Va mucho más allá del merecimiento humano. Dios estaba cumpliendo su promesa de dar un hijo a Abraham y Sara pero el panorama es mucho más grande que eso, Dios estaba cumplimiento con los pecadores la única posibilidad de salvación que era a través de la línea mesiánica que llevaba a Jesucristo.
Génesis 21.2 RVR60
2 Y Sara concibió y dio a Abraham un hijo en su vejez, en el tiempo que Dios le había dicho.
Lo que no puede el cuerpo cansado de 90 y 100 años y lo que no puede la esterilidad vencer, Dios SÍ puede, esto es lo que significa “Y Sara concibió y dio a Abraham un hijo en su vejez”.
Fueron muchas las promesas de este hijo que Abraham había recibido y tuvo que tener fe. Fue un largo recorrido para esto, de muchas pruebas, pero el momento había llegado. Este versículo es el cumplimiento de la promesa de Dios. Él siempre cumple. La fe en Dios siempre traerá un buen descanso. Nosotros somos débiles y a veces nuestra fe se debilita entonces llega el tormento. Había Abraham experimentado situaciones parecidas pero también Abraham había creído a la promesa que Dios le había hecho, pero como nosotros, tuvo altibajos y había actuado bastante mal en el anterior capítulo. Sin embargo, el momento ha llegado, aunque él ya tiene 100 años, este fue el tiempo escogido por Dios. Esto es lo que quiere decir “..en el tiempo que Dios le había dicho..”. Nuestro tiempo es distinto al de Dios. Nosotros queremos las cosas inmediatamente, pero el tiempo de Dios es el perfecto. En su Eterna Sabiduría y Omnisciencia sabe cuál es el momento correcto para que el cumplimiento de Su Palabra suceda y bendiga a todas las familias de la tierra.
Sara concibe en el tiempo que Dios había previsto. La fidelidad de Dios siempre se realiza en términos divinos y nunca en términos humanos. Si quieres ver las obras de Dios en tu vida debes despojarte de todos tus términos y arreglos humanos. Dios exige fe y que tengas confianza en sus propósitos. Esos son los términos de Dios, así como el tiempo de su cumplimiento. La fe preciosa se practica siempre bajo las manos del Señor aún cuando desconozcamos como vaya a realizarse esto. Si tienes fe pero al mismo tiempo confías en tus medios o tus tiempos, entonces no estás dejando todo en las manos del Señor. La fe no es la seguridad de que algo vaya a suceder. La fe es la confianza en Dios de que Él obrará de la mejor manera en su debido tiempo y que nosotros esperaremos en Él.
Génesis 21.3 RVR60
3 Y llamó Abraham el nombre de su hijo que le nació, que le dio a luz Sara, Isaac.
Abraham tiene en sus manos la prueba más grande del cumplimiento y fidelidad de Dios. Este es el hijo prometido. No solamente un hijo prometido para él, sino que sabe que todas las familias serán benditas en él. Tal vez no puede comprender esto como tú y yo ya lo conocemos al tener toda la Biblia completa, pero Abraham está viendo a su hijo como el resultado de la fidelidad de Dios y le pone el nombre de Isaac.
Isaac quiere decir o significa “risa”. Abraham se había reído de la promesa de Dios.
Génesis 17.17 RVR60
17 Entonces Abraham se postró sobre su rostro, y se rió, y dijo en su corazón: ¿A hombre de cien años ha de nacer hijo? ¿Y Sara, ya de noventa años, ha de concebir?
Abraham se había reído. Era un hombre de cerca a 100 años ¿cómo podía concebir? Pero no solamente se había reído él sino también en otra ocasión Sara.
Génesis 18.10–14 RVR60
10 Entonces dijo: De cierto volveré a ti; y según el tiempo de la vida, he aquí que Sara tu mujer tendrá un hijo. Y Sara escuchaba a la puerta de la tienda, que estaba detrás de él. 11 Y Abraham y Sara eran viejos, de edad avanzada; y a Sara le había cesado ya la costumbre de las mujeres. 12 Se rió, pues, Sara entre sí, diciendo: ¿Después que he envejecido tendré deleite, siendo también mi señor ya viejo? 13 Entonces Jehová dijo a Abraham: ¿Por qué se ha reído Sara diciendo: ¿Será cierto que he de dar a luz siendo ya vieja? 14 ¿Hay para Dios alguna cosa difícil? Al tiempo señalado volveré a ti, y según el tiempo de la vida, Sara tendrá un hijo.
Abraham y Sara se habían reído sobre la promesa divina, pero ahora tenían la dicha de estar agarrando a su pequeño hijo en brazos. Que escena más maravillosa. Aquel que se había reído de la noticia ahora está poniendo a su hijo el nombre de Isaac. ¿Qué podemos decir de todo esto? Dios es fiel y cumple sus promesas
Justamente este es el primer punto que hemos visto: “Dios es fiel y cumple sus promesas”, pero la gracia de Dios siempre genera una respuesta en el hombre.
Lo siguiente que encontramos en la Escritura es:

La obediencia es la respuesta del hombre a la fidelidad de Dios. Gn 21:4-5

Génesis 21.4 RVR60
4 Y circuncidó Abraham a su hijo Isaac de ocho días, como Dios le había mandado.
Abraham es un hombre con muchos errores y hemos visto algunos de ellos en la Escritura.
Más bien no se ha escrito sobre nosotros, tal vez las hojas de nuestros errores y pecados serían mucho más largas que las de Abraham.
Abraham tiene muy buenas virtudes también y una de ellas es su obediencia. Había sido obediente al dejar la casa de su padre por seguir a Dios, había sido obediente al circuncidar a todos los de su casa y siervos que era lo que Dios le había pedido y ahora nuevamente este hombre responde con obediencia.
La circuncisión era señal del pacto. Esto hemos visto en capítulo 17 de Génesis. La circuncisión es señal de que Dios tiene un propósito para con la casa de Abraham y era la marca de que Dios era el Dios de esa casa. Recordemos algunos versículos cuando Abraham había hecho esto.
Génesis 17.24–27 RVR60
24 Era Abraham de edad de noventa y nueve años cuando circuncidó la carne de su prepucio. 25 E Ismael su hijo era de trece años, cuando fue circuncidada la carne de su prepucio. 26 En el mismo día fueron circuncidados Abraham e Ismael su hijo. 27 Y todos los varones de su casa, el siervo nacido en casa, y el comprado del extranjero por dinero, fueron circuncidados con él.
Abraham sabe que la circuncisión es el pacto de Dios de que ÉL será su Dios y que tiene propósitos para con su familia. Entonces ¿Cómo no enseñará lo más importante a su hijo?
Abraham circuncida a Isaac. Este es un padre que tiene ahora ya muy claro a quién sirven en su casa. Isaac va a servir a Dios, ese es el deseo de su padre y es lo primero que hace con él. Abraham tiene un compromiso con Dios y se preocupa de que su hijo también lo tenga. Abraham es un hombre temeroso de Dios y quiere que su hijo también lo sea.
Qué distintos son algunos de los padres actuales.
Alberto Fernandez, presidente de Argentina, cuando aún era candidato hace un año, celebraba 9 años de la sanción de Ley del “matrimonio igualitario” en Argentina, decía: "Hoy se cumplen 9 años de una ley que puso a la Argentina a la vanguardia en materia de ampliación de derechos, una bandera que levantamos con orgullo”. Hace unos días en el mes del orgullo homosexual, su hijo se presentó con una bandera con los colores del arcoiris respaldando al movimiento LGBT en un acto oficial. En otras ocasiones este joven se había tomado fotos vestido de varón y luego vestido de mujer. Su padre, el presidente, lo llama “su mayor orgullo”.
Hay padres a los que no les interesa si sus hijos son presas del juicio de Dios o condenación, pero Abraham era un hombre distinto, no tarda para que su hijo también sea parte del pacto de Dios con la circuncisión.
Un reconocido doctor contó esta historia registrada en la Enciclopedia los Signos de los Tiempos: Un joven que estaba en el bar de un tribunal de justicia para ser sentenciado por falsificación esperaba la hora del juicio. El juez lo conocía desde niño, ya que su padre había sido una eminencia famosa por su trabajo sobre la Ley de Fideicomisos, siendo ese trabajo el más exhaustivo sobre el tema en existencia. ¿Te acuerdas de tu padre? preguntó el juez severamente, "¿ese padre a quien has deshonrado?". El prisionero respondió: “Lo recuerdo perfectamente. Cuando acudía a él para pedirle consejo o compañía, él levantaba la vista de su libro sobre la Ley de Fideicomisos y decía: "Huye, muchacho, estoy ocupado". Mi padre terminó su libro y yo terminé aquí". El gran abogado había descuidado a su propio hijo.
Abraham es distinto. Es un padre que no va a dudar en que su tan esperado hijo conozca a Dios. Abraham ya es anciano pero tendrá muchos años para instruir a su hijo en el camino del Señor e inicia con la circuncisión. Este es un hombre que ha experimentado la gracia de Dios y ahora vive para obedecer al Señor.
¿Y qué hay de tu vida? ¿Has experimentado la gracia y la fidelidad de Dios, pero también te rindes en obediencia al Señor? Si eres padre, ¿has instruido también a tus hijos en el camino del Señor? ¿Has hecho lo suficiente por apartarlos de la ira y del juicio divino, llevándoles a experimentar la inmensa gracia de Cristo? Los hombres y los padres que han experimentado la gracia de Cristo hablan en su casa de lo maravilloso que es el Señor.
Deuteronomio 6.4–10 RVR60
4 Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. 5 Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. 6 Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; 7 y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. 8 Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; 9 y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas. 10 Cuando Jehová tu Dios te haya introducido en la tierra que juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob que te daría, en ciudades grandes y buenas que tú no edificaste,
Este es el deseo de Jehová, que nuestros hijos puedan amarlo a Él con todo su corazón, con toda su alma y con todas sus fuerzas. Porque Él es el Creador y porque Él es el Salvador. Porque Él tiene planes y propósitos para nuestros hijos, planes de VIDA ETERNA y no de condenación.
¿En qué momento hemos pensado que tal vez nuestros hijos no necesitan de la Palabra de Dios todos los días y los hemos descuidado?
¡Qué diferente es un hombre que Sí tiene un encuentro con el Señor y que ha experimentado la fidelidad de Dios! Abraham rinde su familia al pacto prometido. Pero nosotros estamos en ventaja sobre Abraham. Hemos conocido hasta donde va la gracia de Dios, hasta una cruz. Esa es la muestra más extraordinaria de fidelidad para con nosotros. ¿Podemos obedecer también al Señor desde ahora?
Génesis 21.5 RVR60
5 Y era Abraham de cien años cuando nació Isaac su hijo.
Este es un relato histórico, se menciona la edad de Abraham y las condiciones en las que tuvo un hijo. Abraham tenía 75 años cuando Dios le sacó de su tierra, alejándole de la idolatría y haciéndole promesas extraordinarias y pasaron 25 años de peregrinación hasta que fue el cumplimiento de la descendencia de Abraham. Una lucha de fe de 25 años, llena de preguntas y con condiciones adversas ¿Podríamos esperar en Dios como lo hizo Abraham?
Hasta ahora hemos visto que Dios es fiel y que cumple sus promesas, pero también hemos visto que la obediencia es la respuesta del hombre a la fidelidad de Dios. El tercer punto que encontramos en estos versículos es:

Regocijo y testimonio es el modo de vida del creyente. Gn 21:6-7

Génesis 21.6 RVR60
6 Entonces dijo Sara: Dios me ha hecho reír, y cualquiera que lo oyere, se reirá conmigo.
Había una mujer que fue burla por muchos y muchos años a causa de su esterilidad. Vimos como Agar trataba a Sara porque no podía tener hijos, y aunque la actitud de Sara tampoco buena, esta mujer había sufrido bastante. No solo con eso, sino que tuvo un marido que no la cuidaba como era adecuado. Abraham amaba mucho a Sara pero sus actitudes ante la muerte llevaban a exponer su vida. En cambio Dios, quien ama a su creación y comprende el sufrimiento del corazón, cambia todo lo que pasó Sara por un regocijo inmenso.
Entonces dijo Sara: Dios me ha hecho reír..” - Había una Sara anteriormente incrédula, que no creía en la posibilidad de ser madre por su edad y por su esterilidad, pero ahora vemos a una mujer distinta.
Sara reconoce que no fueron sus acciones ni las de Abraham las que la llevaron a tener un hijo, sino que fue Dios. Y lo que no podía una mujer de 90 años y estéril, lo pudo el Señor y su gracia para con Sara. Esta mujer sabe muy bien que fue la mano del Todopoderoso obrando en su vida y en la de Abraham.
Podemos caer muchas veces, perder la batalla de la fe en muchas ocasiones, pero siempre tenemos la oportunidad de levantarnos un día y reconocer a Dios como el Soberano. Nuestras acciones pasadas nos han podido alejar mucho del Señor pero las acciones presentes te pueden acercar mucho a Cristo.
“.. y cualquiera que lo oyere, se reirá conmigo”. - Sara tiene una historia por contar. No es algo que puede callar. Las cosas extraordinarias de Dios son para contarlas y decirlas a todo el mundo y ella sabe que cualquier persona que escuche la misericordia de Dios sobre su vida, también sentirá regocijo por los grandes hechos de Dios.
Esto resume lo que es la vida cristiana. Es vivir en regocijo porque conocemos al Padre que ama, al Hijo que se entrega y al Espíritu Santo que nos renueva. La vida cristiana es comunión con el Señor, pero también es compartir con otros las grandes obras que ha hecho Dios. Y hay una de ellas que es especial y demasiado maravillosa, y esta es que a través del hijo de Sara, Isaac, y luego un hijo de Isaac, y luego otro hijo más y luego más hijos, y así sucesivamente llegó el Eterno Hijo de Dios, quien se identificó con el hombre, haciéndose hombre y sufriendo la humillación de la cruz. El cumplimiento de Génesis 3:15 vino a través de esta familia pero se hace realmente importante y extraordinario en Cristo Jesús. Entrega su vida en lugar del pecador y solo así podemos nuevamente los que estábamos muertos en pecado, tener VIDA y volver al Padre. Este hecho es extraordinario y la vida cristiana es dar testimonio de este hecho y de esta forma honrar al Señor.
Génesis 21.7 RVR60
7 Y añadió: ¿Quién dijera a Abraham que Sara habría de dar de mamar a hijos? Pues le he dado un hijo en su vejez.
Esta es la expresión de una mujer agradecida, pero también revela que Dios está por encima de todo cuánto existe. Esta es una expresión de reconocimiento a Dios, lo que nosotros llamamos adoración. Sara tiene muchas cosas por decir y un día vamos a escuchar su historia de su misma boca, podremos preguntarle detalles, qué sintió, que batallas tuvo, con seguridad nos dirá las que perdió y las que ganó, pero sin duda que escucharemos como exalta a Dios por las maravillas que solo él hizo.
Somos cristianos, hemos visto maravillas extraordinarias en la cruz, empecemos a hablar a otros acerca de nuestro Señor. Sara está expresando cuán bueno ha sido el Señor con ella y nosotros sabemos que ha sido más bueno todavía por que a través de ese hijo nacerá Cristo en la carne.
El regocijo y el testimonio son esenciales en la vida del creyente. El regocijo muestra que a pesar de cualquier situación reconocemos que la obra de Cristo es mayor a nuestros problemas y que Él tiene control sobre nuestra vida y el testimonio es la declaración de que también pensamos que no hay nada mejor que su exaltación.

MEDITEMOS EN LA PALABRA

Llega el momento nuevamente en que debes tomar decisiones. Hay muchas cosas que podemos aplicar en esta porción de la Palabra de Dios.
Hemos visto que:

Dios es fiel y cumple sus promesas.

Para todos nosotros que estamos muchas veces en las batallas de la fe. No olvidemos que Dios es fiel, que cumple sus promesas. Lo hizo con Sara y Abraham y lo ha hecho con nosotros. A través de ese hijo y otro hijo vino Jesucristo a Salvarnos de la condenación. Dios es fiel, siempre ha sido fiel con nosotros los inmerecedores.
Confía en el Señor. Que tu fe sea fortalecida al estudiar la Palabra. Que esta historia de Sara y Abraham pueda renovar tu compromiso con el Señor. Cuando el mundo está diciendo que confíes en todo, en tus fuerzas, en las fuerzas del mundo, y en tu instinto, tú confía en el Señor. Él hará a su tiempo.
La fe en el Señor debe ser a su manera y bajo sus términos, no bajo los nuestros. Hoy día se predica una doctrina de prosperidad, esto es felicidad bajo tus términos, no bajo los del Señor. Pero nosotros que conocemos la gracia del Señor y Su Palabra, esperemos en el Señor bajo sus términos y despojémonos de la fe a nuestra medida. Abraham tuvo que esperar en los términos del Señor, porque en los suyos se había equivocado y mucho. Que Dios sea fiel no quiere decir que vas a obtener lo que tú quieres o lo que tú corazón anhela. A veces nuestros anhelos o deseos están mucho más allá de los planes preciosos, de Su Voluntad y de la Santidad del Señor. Muchas veces nos equivocamos y pensamos que la fe es esperar lo que nosotros hemos pedido y tan solo dejamos que Él decida el “cuándo”. Esto es erróneo. La fe es que aceptamos y nos regocijamos en que Dios sí sabe lo que realmente es bueno para nosotros y que como Padre amoroso nos dará ello a su tiempo. Muchas veces la fe será renuncia a las cosas que realmente estamos haciendo mal o esperamos mal o pedimos mal. La fe no es bajo nuestros términos sino bajo su voluntad y propósito. Dios es fiel y la cruz es la prueba más grande. Confía plenamente en el Señor y que tu fe sea la que agrada y espera verdaderamente en el Señor.
2 Corintios 5.6–7 RVR60
6 Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor 7 (porque por fe andamos, no por vista);
Que este versículo nos anime a andar por la fe, sabiendo que Él es fiel y cumple sus promesas.

La obediencia es la respuesta del hombre a la fidelidad de Dios.

Abraham manifestó su gratitud con obediencia. Después de ver la obra de Dios y su fidelidad, respondió de forma inmediata circuncidando a su pequeño y haciéndole parte del pacto con Dios. Nosotros aprendamos de Abraham, seamos obedientes a Dios. Tenemos un mandato de id y haced discípulos para Cristo, empecemos por casa. Nuestros hijos deberían estar tan cerca a Dios como lo están sus padres. Si sus padres están lejos del Señor entonces tendrás hijos que están lejos del Señor, pero si sus padres doblan rodillas delante del Señor, entonces un día tus hijos también doblarán rodillas delante del Señor.
Nuestros hijos apenas estén en kinder o pre-kinder ya recibirán instrucción que no necesariamente es cristiana. Sus compañeros en la escuela les enseñarán que no es necesario servir a Dios para ser felices o para tenerlo todo. En primaria y secundaria nuestros hijos aprenderán que Dios realmente no ha creado nada y que la Biblia no es necesariamente verdad y menos aún correcta y precisa, y en la Universidad se les llenará la mente con filosofía humana y que una vida sin Dios trae complacencia y aceptación del mundo. Nuestros hijos saldrán a esa batalla y nosotros si no hacemos nada por ellos, los lanzaremos totalmente desarmados, sin escudos y por supuesto que caerán. Pero, puedes hacer lo que hizo Abraham, y puedes presentar desde muy pequeño a tu hijo en el camino del Señor.
Entrega al Señor todo lo que tienes, sé obediente, confía en Él, entrega tu vida al Señor. Que tu obediencia al Señor sea la muestra de tu gratitud por la vida nueva y por la vida eterna. Que haya una diferencia entre el mundo que no obedece a su Creador y entre los cristianos que comprendemos su maravilloso amor en la cruz.
Santiago 1.22 RVR60
22 Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.
La obediencia es lo que te hace hacedor de la palabra. Tienes que tomar decisiones hoy. Abraham fue obediente y las pruebas más fuertes recién van a llegar, pero un hombre obediente y que ha visto la gracia de Dios, no puede renunciar a servir al Señor con temor, gratitud y obediencia. ¿Será que en esta congregación también habrá hijos obedientes para con su Padre celestial? Honremos al Señor con la obediencia, esta es la llave para una morada con Él.
Juan 14.23 RVR60
23 Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.

Regocijo y testimonio es el modo de vida del creyente.

El creyente verdadero tiene necesidad de exaltar al Señor a través del testimonio. El cristiano comparte con otros las grandes obras de Dios que ha hecho en nuestra vida. Sobre todo la preciosa obra de Cristo para perdón de nuestros pecados. Hay gente que aún no tiene verdadera paz, gente que no ha encontrado a Jesucristo a pesar de que está muy cerca a nosotros. Podemos hablarles de Cristo, de su amor, su gracia, su salvación, su muerte en la cruz por nosotros y su resurrección. ¡Hay tanto por hablar a otros, pero realmente es poco lo que hacemos! Les hablamos de tantas cosas y aún de mucha moralidad, mientras los que están muertos en pecados necesitan de Cristo y solamente de Cristo para recién vivir.
Regocijo, gozo y al mismo tiempo llevar la Palabra del Señor. Eso es precioso.
El doctor W. R. Hotchkiss escribió esto: “he vivido solo en el África. Treinta veces he sido atacado por las fiebres, tres veces atacado por leones y varias veces por rinocerontes; no pocas veces los nativos me han tendido emboscadas y por cuatro meses no he visto una pieza de pan, teniendo que limitarme a comer todas las cosas, desde hormigas hasta rinocerontes; pero permítanme que les diga que con todo gusto pasaría otra vez por todas estas experiencias, a cambio del gozo de llevar la palabra del Salvador y hacerla brillar en la oscuridad que envuelve a alguna otra de las tribus del África Central.
Esto es verdadero regocijo en Cristo y un deseo real de compartir su Palabra con otros. Ese es el modo de vida de los creyentes.
Romanos 10.14–15 RVR60
14 ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? 15 ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!
El Señor nos de sabiduría para aplicar su Palabra el día de hoy. Vamos a orar.
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